Si hay algo que grita verano, es una buena limonada de menta y jengibre. Es fresca, aromática y tiene ese toque justo entre dulzura y acidez que la hace perfecta para cualquier momento del día. Además, es tan fácil de preparar que en cinco minutos ya la tenés lista para disfrutar. Ideal para esos días de calor que querés algo bien frío y refrescante.
Personalmente, me encanta preparar esta limonada cuando vienen amigos a casa, porque es una bebida que a todo el mundo le gusta. Y siempre es una receta presente en eventos como cumpleaños, navidad, etc. donde quiero preparar algo especial para tomar y salir del agua.
¿Lo mejor de esta limonada con menta y jengibre?
Sin azúcar: la limonada es perfecta para quienes buscan bebidas diferentes del agua, pero sin el extra de azúcar o edulcorantes artificiales que tienen otras alternativas. Y en caso de que quieras endulzarla, hay varias opciones saludables que te cuento más abajo.
Fácil de hacer: es común hoy encontrar limonadas en restaurants, pero si todavía no preparaste en casa, te vas a sorprender lo fácil que es prepararla en casa
Económica: si vas a recibir gente en casa, preparar limonada no solo es más saludable, sino mucho más económico que comprar gaseosas. Y además, cuánto más linda queda en la mesa la jarra de limonada casera que botellas de gaseosas comerciales.
Para hacer esta limonada súper fresca, solo necesitás unos pocos ingredientes:
- Limones: protagonista absoluto, de esta receta, le aporta acidez y es muy hidratante
- Jengibre fresco: le da ese toque picante. Si te gusta bien picante podés usar más.
- Hojas de menta o hierbabuena: le da frescura, color y ese aroma característico que hace que esta limonada sea tan especial.
- Agua fría (o agua natural + hielo)
- Endulzante: el endulzante es opcional, ya que depende del gusto de cada quien. A mí me gusta sin endulzar y últimamente noté que mis amigos (que no necesariamente comen muy saludable) tampoco la endulzan. Pero si quisieras hacerlo, mis recomendaciones son dátiles, miel o sirope de arce.
Paso a paso: ¡en minutos la tenés lista!
1- Lavar los limones, pelarlos quitando la parte blanca. Cortar en trozos y quitar las semillas. Colocar en el vaso de la licuadora.
2- Pelar un pedacito de jengibre y cortar una rodaja del tamaño de una moneda. Agregar al vaso de la licuadora.
3- Lavar las hojas de menta y colocarlas en el vaso de la licuadora. Agregar 3 tazas de agua fría y el endulzante, en caso de usar. Si usas dátiles para endulzar, acordate de sacarles el carozo antes de agregar a la licuadora.
4- Licuar muy bien por unos segundos.
5- Pasar a una botella o jarra a través de una bolsa de tela o colador para filtrar la pulpa y agregar el resto del agua hasta completar 1 litro. Si preferís podés dejar la pulpa. Y ya está lista para servir.
Con o sin pulpa:
A mí me gusta pasarla por una bolsa de tela, de las que se usan para hacer leches vegetales para que la limonada quede más lisa, sin la pulpa. Pero podés dejarle la pulpa si preferís o bien pasarlo por un colador si no tenés un filtro de tela.
Si usas filtro de tela, escurrí bien la tela con la ayuda de tus manos para extraer todo el líquido.
Variantes para todos los gustos:
- Versión especiada: Agregale un toque de canela o cardamomo para un twist diferente.
- Pomelada: cambiá el limón por pomelo
- Limonada con frutillas: Agregá un puñado de frutillas al vaso de la licuadora con el limón y menta (esta opción te la recomiendo sin jengibre).
¿Cómo guardarla?
Si te sobra, podés guardarla en la heladera en una botella con cierre hermético por hasta 24 horas. Más tiempo no es recomendable porque la menta puede oxidarse y cambiar el sabor. También podés hacer cubitos de hielo con la limonada para tener siempre listos y agregar a tus vasos de agua.
Preguntas frecuentes
¿Se puede hacer sin jengibre?
Sí, si no te gusta el jengibre o no tenés a mano, simplemente omitilo. Quedará una limonada de menta clásica.
¿Se puede endulzar?
Por supuesto, podés endulzarla con lo que más te guste. Las opciones que más recomiendo por ser saludables son la miel de buena calidad (como la miel cruda), sirope de arce, azúcar de coco, dátiles, néctar de coco, hojas de estevia.
¿Se puede hacer con limas en lugar de limones?
Sí, la lima le da un toque más exótico y ligeramente más dulce. Es una gran alternativa.
No hay excusas: esta limonada de menta y jengibre es tan fácil y deliciosa que una vez que la pruebes, se va a convertir en un básico de tu cocina. Preparala y contame cómo te quedó!
Otras recetas que te pueden interesar:
Cómo hacer Limonada de Menta y Jengibre
Ingredientes
- 2 Limones
- 1 rodaja Jengibre fresco
- 1 litro Agua fría (o agua natural + hielo)
- Endulzante: dátiles, miel o sirope de arce (opcional)
Elaboración paso a paso
- Lavar los limones, pelarlos quitando la parte blanca. Cortar en trozos y quitar las semillas. Colocar en el vaso de la licuadora.
- Pelar un pedacito de jengibre y cortar una rodaja del tamaño de una moneda. Agregar al vaso de la licuadora.
- Lavar las hojas de menta y colocarlas en el vaso de la licuadora. Agregar 3 tazas de agua fría y el endulzante, en caso de usar. Si usas dátiles para endulzar, acordate de sacarles el carozo antes de agregar a la licuadora.
- Licuar muy bien por unos segundos.
- Pasar a una botella o jarra a través de una bolsa de tela o colador para filtrar la pulpa y agregar el resto del agua hasta completar 1 litro. Si preferís podés dejar la pulpa. Y ya está lista para servir.
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