¡¡Hoy les comparto mi primera experiencia en un hotel vegano!! Descubrí este hotel hace unos días y quedé encantada desde el momento que supe de su existencia. Habíamos viajado de Santa Teresa, Costa Rica a Playa el Coco (unas 5 horas hacia el norte) para el casamiento de unos amigos.
A la vuelta decidimos pasar por Tamarindo para almorzar y de paso conocer, ya que desde que llegamos a Costa Rica teníamos ganas de ir. Después de una hora de viaje desde Playa el Coco, llegamos a Tamarindo sin haber buscado nada de antemano.
Ni bien entramos en Tamarindo vimos un gran cartel que decía "Mother Earth Vegan Hotel". Los dos nos sorprendimos al verlo y nos pareció super novedoso e interesante el concepto, era la primera vez que escuchaba de un hotel vegano.
Pasando por la calle principal que bordea la costa, empezamos a buscar algún lindo restaurant donde comer cuando de pronto volvimos a ver otro cartel del mismo hotel que indicaba que había un restaurant. Así que, sin dudarlo, decidimos ir para allá.
MI EXPERIENCIA EN MOTHER EARTH VEGAN HOTEL
Mother Earth Vegan Hotel es un hotel boutique con 15 habitaciones. Cuenta con un restaurant y barra abierto todo el día tanto para sus huéspedes como para cualquier persona que desee ir a comer a un espacio tranquilo y disfrutar de su carta 100% vegana.
Un dato interesante es que los clientes del restaurant pueden disfrutar de la pileta del hotel. Ni bien entramos nos encontramos con este lindísimo deck con mesas al aire libre, algunas bajo techo y otras al sol. Fue una gran sorpresa saber que podíamos quedarnos a disfrutar no solo de su comida sino también de la pileta y pasar algunas horas ahí.
El Almuerzo:
El restaurant del hotel se llama Off The Grid y tiene una carta de desayuno y una de almuerzos y cenas. Todo es 100% vegano, hecho ahí mismo y gran parte de la carta es libre de Gluten. Con lo cual para quienes buscan opciones veganas y sin gluten, acá van a encontrar gran variedad de opciones para elegir.
Para almorzar yo pedí el "Mother BTL" un sandwich con "bacon" de hongos que venía acompañado con papas, lo pedí es su versión con pan sin gluten que me pareció increíble. Pocas veces he encontrado pan sin gluten vegano, ya que en la cocina sin gluten se usa mucha leche en polvo u otro tipo de lácteos o huevos. Este pan es casero, lo hacen ahí mismo y me resultó exquisito.
Gonza pidió la "Mother Pizza", que tenía vegetales, hongos, salsa pomodoro y "queso provolone". Una pizza era super abundante y colorida, fuera de lo convencional, no solo por sus toppings, sino también por cómo venía presentada en un plato gigante.
Pileta de agua salada, libre de químicos:
Después de almorzar nos pasamos a las reposeras a disfrutar de la pileta y el sol que salía de a ratitos. La música alegre y tranquila, y la arquitectura moderna crean un ambiente ideal para relajarse y desconectarse.
Algo que me encantó de Mother Earth Hotel es que la pileta es libre de químicos. La primera vez que escuché de las piletas de agua salada fue acá en Costa Rica. Siempre me había preguntado si existiría otro método que no sea cloro para el mantenimiento de las piletas y acá en Costa Rica encontré la respuesta. Para purificar el agua utilizan sales. Pero nada tiene que ver el agua salada de mar, acá la sal es imperceptible, con lo cual un método que me parece bueno difundir para que tomemos consciencia de que hay otros métodos para evitar el uso del cloro.
Encantados con la energía y serenidad que encontramos ahí, decidimos quedarnos a pasar la noche. No es usual encontrar un hotel vegano, por eso quisimos quedarnos a disfrutarlo y conocer un poco más del concepto del hotel y otros detalles que ahora te voy a contar. Así que hicimos el check-in seguido de un mini tour por el hotel.
Algo más que un vegan hotel…
Mientras Shana, la recepcionista, nos mostraba las instalaciones, nos contó algunos detalles del hotel que hicieron que este lugar me guste aún más. Porque para mí en esos detalles se puede observar el verdadero y genuino deseo de los creadores de Mother Earth Vegan Hotel por cuidar la madre tierra y aportar su granito de arena por un mundo mejor.
¿Cómo? Creando y poniendo a disposición un espacio lleno de plantas y flores, donde no utilizan productos químicos, con paneles solares que abastecen el 50% de la electricidad el hotel, habitaciones con patios privados llenos de verde para que los huéspedes puedan leer o meditar rodeados de verde y paz, una sala de yoga donde se puede ir a realizar alguna práctica individual o bien solicitar una clase; y alimentación a base de plantas con materia prima de la naturaleza.
Tuvimos la suerte de conocer a la dueña de Mother Earth, Karen. Y fue conversando con ella que entendí que este hotel es mucho más que un hotel vegano. Es un espacio para que reconectes con tu interior, con tu alma. Karen es apasionada por la cocina plant based y nos contó que para alcanzar algunas de sus recetas le ha llevado años desarrollarlas a la perfección, como su famosa Galleta especial y sus hamburguesas caseras que pronto estarán en la carta.
Además, nos contó que tienen planes de agrandar la cocina para construir una bakery para abastecer al restaurant propio, así como a gente de Tamarindo que desee comprar pan fresco y vegano de la mejor calidad posible. También van a armar su propia huerta orgánica en otro terreno para cultivar sus propias frutas y vegetales.
La habitación en Mother Earth Vegan Hotel
Yendo a la habitación, las plantas y flores tropicales bordean el camino. Nos cruzamos con plantas de bananas, ají y también nos mostraron el sector de árboles de Papayas, que todavía estaban verdes.
Finalmente, llegamos a la habitación con techos altos y espaciosa, con diseño moderno, donde todo está inspirado en la naturaleza.
Luego de dejar nuestras cosas en la habitación, volvimos a la pileta para aprovechar las últimas horas de sol. Y como me dieron ganas de probar algo dulce, pedí la Mother Cacao Cookie. Y acá viene la parte más importante del post..
Si tengo que elegir una sola cosa para recomendarte de Mother Earth Vegan Hotel, es esta cookie. Por cookie me imaginé que iba a ser una galleta simple para disfrutar desde la reposera, pero cuando vi al mozo llegar con este mega plato recordé que acá cada detalle es una invitación a apreciar el momento presente. Automáticamente, me levanté de la reposera y fui a sentarme a la mesa para disfrutar con todos mis sentidos de esta cookie donde cada bocado era una explosión de sabores en mi boca. La cookie viene partida en dos sobre 2 bochas de helado, una de banana y la otra de salted peanut (maní salado). La textura de la cookie combinada con el helado y las salsas que decoran el plato hacen de este postre un motivo para volver.
Tanto me gustó que esa noche volvimos a pedirla de postre para compartir con Gonza. Karen nos contó que esta receta le llevó años perfeccionarla y es al día de hoy que es ella misma quien la prepara. Le han ofrecido comprar su receta y ella se rehusó a hacerlo. Así que imaginen lo especial que es el sabor y textura de esta cookie.
Cena:
Por la noche, con la iluminación de la pileta, el ambiente es diferente. Esta vez probamos otras opciones del menú:
De entrada pedimos el ceviche de hongos marinado en lima e infusionado en cilantro que venía con una lámina de plátano crocante.
Y como plato principal yo pedí el canelón de zucchini con vegetales, queso parmesano vegano y salsa pomodoro. Muy sabroso y condimentado espectacularmente. Y Gonza pidió los portobellos rellenos con ratatouille y arroz basmati acompañado de una tortilla de papas. Ambos platos libres de gluten y realmente una locura. ¡Super recomendados!
De postre volvimos a pedir la Mother Cookie. Si bien había varios postres tentadores esta cookie nos copó y nos habíamos quedado con ganas de más.
A la mañana siguiente…
Al día siguiente, nos levantamos y fuimos a la sala de yoga. Gonza está haciendo yoga hace varias semanas acá en Costa Rica y adoptó la rutina de practicarlo todas las mañanas. Prendimos el difusor de aromaterapia, estiramos los mats de corcho y comenzamos a hacer las series que él me fue guiando.
Luego, nos cambiamos y fuimos a disfrutar de un rico desayuno al costado de la pileta.
Yo pedí el Avocado Toast con pan sin gluten, porque el pan sinceramente me encantó y tenía tiempo sin comer pan. Así que el avo toast fue lo que mi cuerpo deseaba. Y Gonza eligió los pancakes.
El desayuno estuvo riquísimo y con cantidades justas para arrancar el día de forma nutritiva, pero a la vez liviano, ya que las porciones eran justas.
Terminado el desayuno, preparamos nuestras cosas para continuar viaje a Santa Teresa. Sin dudas fue una experiencia única donde pude sentir la energía sanadora del lugar. Pero lo que más me gustó fue tener el placer de escuchar a Karen, y su visión al crear este espacio que solía ser su casa y la convirtió en Mother Earth, para abrirte las puertas a tu casa. Escuchar algunas de sus historias de vida y su camino hacia donde está hoy, sus palabras son sabias y transmiten mucho para quienes están abiertos y dispuestos a escucharlas.
Esta fue mi primera experiencia en Mother Earth Vegan Hotel, un lugar que voy a llevar en mi corazón y al cual espero volver y la próxima poder vivir alguno de sus eventos o actividades. Creo que no fue casualidad que lleguemos allí ese día y me alegra que nos hayamos podido quedar para disfrutarlo por más tiempo. Ojalá tengas la oportunidad de visitar Mother Earth. Si lo hacés, contame tu experiencia abajo en los comentarios. Estoy segura de que te va a encantar.
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